Nací en marzo de 1982 en Barcelona; una ciudad que adoro y lejos de la cual no podría vivir sin echar de menos el mar y a su gente.
Siendo la mayor de dos hermanos y nacida en una familia de clase media-alta pero disfuncional, mi vida nunca fue fácil.
Siempre fui una niña intuitiva, sensible y con una capacidad especial para conectar con los animales y con el dolor que experimentaban las personas de mi entorno (especialmente las más vulnerables)
Estas características me hicieron experimentar grandes penas en mi corazón; pero me permitían: percibir, intuir, pronosticar situaciones a largo plazo; y sentir las diferentes energías del entorno.
En ocasiones llegaba a percibir físicamente en mi cuerpo las emociones, sentimientos, pensamientos, dolor y sensaciones de algunas personas de mi círculo cercano.
En los primeros juegos infantiles preparaba pociones y brebajes, con plantas que mi madre tenía en la terraza de casa.
En aquellos tiempos, y aún hoy; adoraba estar rodeada de mis mascotas y de otros animales que aparecían en el espacio donde yo jugaba (pájaros, mariposas) por los que sentía: amor, admiración, sensibilidad y una alta conexión.
Pero con toda esta sensibilidad, mi infancia y mi vida nunca fueron fáciles.
A los 12 años descubrí mi primer horóscopo y mi pasión por la astrología.
Fue en este momento cuando adquirí un juego de mesa llamado "La bola de cristal" que consistía en hacer predicciones mediante un tablero, cartas astrológicas y la rueda zodiacal. Este juego despertó mi gran atracción por todo el mundo esotérico, empezando así mi aprendizaje autodidacta.
Entrada la adolescencia, a los 14 años; fui incluyendo entre los juegos, la predicción con el péndulo y los juegos espirituales.
A los 15 años llegó a mis manos mi primer manual de TAROT, HECHIZOS y ESOTERISMO llamado “El manual de la bruja moderna” de Montse Osuna y fue la puerta de entrada que marcó un antes y un después en mi aprendizaje dentro del mundo espiritual y esotérico.
Poco después mi abuela materna me regaló mi primera baraja de cartas españolas que aún hoy conservo; empezando así a realizar mis primeras interpretaciones.
Y como en la vida todo llega, meses después me regalaron mi primer TAROT DE MARSELLA; empezando así un aprendizaje.
A partir de los 20 años viví experiencias intensas, duras y transformadoras que me alejaron del mundo místico.
Sin embargo, las personas que en aquel momento formaban parte de mi círculo social (junto con sus amigos, familiares y conocidos) seguían solicitándome lecturas de tarot a diario.
Sintiéndome abrumada por la situación, desarrollé una gran aversión hacia todo lo esotérico; enterrando las cartas durante décadas en el baúl de los recuerdos o mejor dicho en el baúl de los olvidos.
Intenté llenar mi vida con otras experiencias y conocimientos y; aprendí sobre múltiples temáticas (cursé varios estudios universitarios; varias titulaciones profesionales, carnés, hice infinidad de cursos de todo tipo; dediqué multitud de horas al autoaprendizaje; leí multitud de libros; me apunté a charlas, conferencias, seminarios, mentoring, etc).
Durante esos años: amplié mucho mis conocimientos, adquirí gran experiencia laboral y; crecí personal y profesionalmente, siendo estas las bases a partir de las cuales: amplié mi pensamiento crítico y adquirí varias habilidades personales.
Durante esta etapa pensaba que mi vida era feliz y nada podía fallar.
Como ya tengo unos cuantos años, voy a contarte solo los hechos más destacados de esta etapa.
En 2014, a la edad de 32 años; la vida me dio un golpe duro a raíz de un accidente.
Fui despedida, mi estabilidad laboral y económica cayó en picado y; no tenía dinero para hacer frente a una operación que la seguridad social no cubría; ya que implicaba la parte dental.
Sin posibilidad de trabajar, desprovista de recursos económicos, convaleciente y con la autoestima mermada ante este panorama; caí en una depresión profunda aislándome de todo mi entorno social.
Hice muchos esfuerzos y llamé a todas las puertas que encontré para recuperar parte de mi vida y de mi actividad laboral; pero aun así fue un periodo largo de inestabilidad que afectó a todas las áreas de mi vida, con muchísimas dificultades a todos los niveles (especialmente laborales y sociales).
En 2016, a los 34 años; cuando parecía que había ganado un poco de estabilidad laboral y emocionalmente estaba algo mejor (con una autoestima más férrea) inicié una corta relación con un hombre de personalidad narcisista psicópata integrado, que terminó de darme la estocada final derribando todo lo que me había costado tanto estabilizar (trabajo, económica, amigos, familia, salud y autoestima).
Esto provocó en mi: muchas inseguridades, terror al mundo, inseguridad en las relaciones sociales (como consecuencia me sentía a la vez rechazada y sola, sin poder expresar mi dolor interno y mis preocupaciones a nadie) además de caer en una enfermedad crónica incapacitante, que como consecuencia supuso la pérdida de mi trabajo y mis recursos económicos que tanto me había costado recuperar.
Con el estrés postraumático de la situación anterior que aún no había superado, añadido al trauma que esta relación tóxica y peligrosa supuso para mí; tardé más de dos años en recuperarme medante terapias y tratamientos.
Esta experiencia fue el detonante de problemas de salud crónicos e incapacitantes que aún hoy arrastro; producidos por el estrés postraumático no trabajado anteriormente, activando las memorias de las experiencias de maltrato y abusos en mi infancia y adolescencia.
Negándome a aceptar la enfermedad y rechazando los diagnósticos médicos que NO quería a aceptar; dediqué mis esfuerzos en levantarme de nuevo para seguir con el proyecto laboral y de vida que me había marcado, y al cual no estaba dispuesta a renunciar.
Al final del 2017, a la edad de 35 después de obviar las señales de mi estado de salud y de agotarme en la lucha, llegué al límite que mi cuerpo pudo soportar. Esto supuso que tanto el médico de familia como mi empresa, me presionaran a parar radicalmente mi actividad laboral con una baja médica forzosa a causa de mi estado de salud (riesgo de infarto cerebral).
Estas circunstancias fueron mi talón de Aquiles y afectaron tanto a mi carrera profesional; como a mis proyectos personales; pues pasé meses en cama y me hundí en una depresión mayor.
Volví a repetir el mismo ciclo (despido, pérdida de recursos económicos, aislamiento social, pérdida de proyectos de vida, etc) por tercera; con el gravante de que mi cuerpo ya no respondía a mis esfuerzos, y cada intento de lucha me volvía a postrar meses en cama.
En 2018, a los 36 años me diagnosticaron Síndrome de Fatiga Crónica, echo que terminó de rematarme a todos los niveles; pues esta enfermedad limita mucho tus posibilidades sociales, personales y laborales.
Esta noticia me cayó como un jarro de agua fría, ya que no era la más idónea para poder remontar mi situación.
Rechazando el diagnóstico y en mi empeño de salir adelante, me dispuse a probar: gurús, terapias alternativas, tratamientos médicos y terapias, sin resultado alguno.
Al no lograr una mejoría, entré en pánico; pues ya no disponía de recursos para subsistir y mi salud no me ayudaba a hacer frente al nuevo panorama que la vida me había puesto delante.
Desesperada busqué opciones laborales, estudié para reinventarme profesionalmente (Counselling, Psicología, Terapias Alternativas, etc) e hice todo lo posible para conseguir un trabajo que mi salud pudiera aguantar (sin éxito).
Ante la desesperación y la necesidad de obtener ingresos, empecé a vender mis antiguas pertenencias rescatadas de los viejos baúles, y en uno de esos baúles encontré mi viejo Tarot.
En ese momento vi la posibilidad de recurrir como fuente de ingresos a los antiguos call center para los que había trabajado en el pasado.
Sin embargo, a pesar de que trabajar en un gabinete de tarot te enseña mucho (cada día aprendes algo nuevo) y que disponía de un gran número de llamadas; vi que las políticas internas se alejaban de mi manera de percibir el tarot y el trato con las personas.
No obstante, al ser mis únicos recursos económicos; decidí ampliar mis conocimientos con otras formaciones (cursos de tarot, Reiki, Registros Akashicos, Terapias alternativas y otras mancias) formándome con profesionales destacados en cada campo.
Hoy, en 2021, gracias a todas las experiencias vividas; he podido establecerme profesionalmente por mi cuenta y crear este espacio para: orientar, acompañar y compartir con otras personas, todos los conocimientos y experiencias que he adquirido a lo largo de la vida.
Yo te ayudo a: organizar, planificar, liberarte, redescubrirte y mejorar tu bienestar; poniendo a tu disposición mi experiencia y mis conocimientos.
Tú eres quien decide qué camino vas a seguir, y que herramientas van a acompañarte en tu proceso.